Los días de asistencia al exterior

He servido en mi nuevo trabajo hace uno y medio meses, sigo pensando los días de asistencia al exterior, es una etapa significante, conmemorable pero dura. Encontrando con diversos tipos de participantes, algunos los quiero hablar más, unos los deseo solamente dar saludos y unos los espero que nunca conozca.

Al graduarme, entré en la “guerra” sin prácticas, como no había seminarios en español, tenía que trabajar en los cursos de inglés. Con mal idioma, me era un período muy oscuro. Gracias al Ministerio de Comercio que no existe límite de admisión, muchos hispanohablantes vienen al seminario de transportación urbana donde conozco los primeros funcionarios de Latinoamérica considerándoles como Dios que bebiera cubrir todo su requisito. Sin embargo, ellos son muy amables. Todavía recuerdo sus nombres como decir mis tesoros: Juan Pablo y David de Ecuador, otro Juan Pablo de Colombia, Raúl de Chile, Daniel de Costa Rica, Rey y Lia de Cuba, etc. Siento una lástima que no podía viajar con ellos durante la jornada. Al final no podía comprimir mis lágrimas en el hotel cuando fueron al aeropuerto uno tras otro. Aún trabajo mucho para ir a cada su país.

El segundo curso es uno bilateral de Sudáfrica con tema de fabricación de zapatos. ¡Huy! ¡Un desastre! Por suerte me quedé un mes con ellos, desde ellos podemos reflexionar por qué los países menos desarrollados son menos avanzados, es que los obreros no tienen una fuerte aspiración a cambiar su vida. Cada vez al nosotros ofrecerles el dinero de bolsillo, ellos sin duda fueron al bar o beber. ¿Cómo puede se desarrolla una nación? Sin embargo, los blancos y los negros con posición tienen alta calidad, nos respetaron mucho. Hasta hoy casi no nos comunicamos, ellos son pasajeros en mi vida.

El año pasado es un gran desafío a mí y otra chica Leticia, un nuevo comienzo en pleno, no tenemos presentaciones traducidas ni profesores fijos ni plan, hacemos lo todo por nosotras dos, e incluso, en mis vacaciones de Primavera me quedé en casa traduciendo las presentaciones para la clase. Con miedo, ya llega el primer seminario con ¡¡¡los diplomáticos de Guinea Ecuatorial!!! ¡¡¡El consejero también viene!!! Gracias a Dalmacio, con su ayuda pasamos 21 días emocionales. Este seminario me abre algunas brechas de cero: el primer curso en español, la primera vez con diplomáticos, la primera vez ver los ecuatoguineanos sin del libro, primera vez saber que ellos tienen muchos idiomas oficiales, muchos primeros.

Al salir el primer seminario, viene el segundo, no tenemos ni un segundo regresar a casa para lavar las ropas. Con las ropas mojadas vivimos en otro hotel. Frente a este curso, preferimos morir (es hipérbole), no les preparamos el material para la clase, nada nada nada. Lo siento mucho a los cubanos, no preparamos los conocimientos básicos sobre auditoría a veces leía mal la palabra. Mala interpretación, mala explicación, la clase con presentación en chino, sin materiales, mala conexión con Cuba. Lo todo ellos aguantaron, nos comprendieron, nos tomaron la nota máxima. Pensaba que era muy firme, fuerte como acero, pero cuando Leti me dijo la noticia de fallecimiento de Félix, no pudimos nada excepto llorar. En aquel momento, hice unos vídeos y los envíe a ellos pero fracase debido a la mala red. Espero mucho que China pueda ayudar a Cuba en la construcción de infraestructuras.

En verano fui a Jiangxi por primera vez como traductora ayudante con Eva. Llegamos unos días antes para traducir las presentaciones (antes este seminario es de inglés), otro gran desafío – industria siderúrgica, preparar los conocimientos de un nuevo ámbito, también hay cinco brasileños, gracias por su comprensión. Eva es totalmente novata, cubrimos todo el programa con el apoyo de todos los participantes. Sólo mu quedé diez días con ellos pero muy alegre.

Frente a dos seminarios bilaterales de Bolivia, elegí el de Jiangxi, porque Leti y Eva acabaron de terminar un curso. En este seminario, sólo me encargué de traducir, el trabajo no era tan duro como antes. Me alegro de conocer a Sara y Wang, dos chichas muy amables. En realidad, hasta ahora no puedo recordar todo el nombre de los participantes, sólo la minoría. ¡Lo siento! ¿Por qué todos los días tienen que cambiar el dinero, el dólar? Tan ricos, ¿eh? En realidad, gracias a ellos, tengo la oportunidad de regresar a casa, hace mucho sin volver, gracias a ellos, fui a la Gran Muralla, ¡¡¡no quiero ir más!!! En aquel día, experimenté qué grande mi patria, ¡qué orgullosa soy china! También tengo un logro por casualidad- un amigo más.

Me sorprende una cosita, ¡la puntualidad! Sobre esto, tengo que apreciar a los cubanos, de país comunista, demasiado puntual; también puedo comprender a todos, es que desde mi aprendizaje del español, yo sé claramente lo puntual para los hispanohablantes es muy difícil, yo también debo reflexionar eso: ¿ por qué necesito a otros que hagan lo que ellos nunca hacen?

Vale, esta experiencia de asistencia es muy colorida y divertida, espero que pueda compartir mi tesoro con mis nietos o bisnietos.

Gracias a destino, podemos conocernos; gracias por el apoyo y la comprensión, podemos seguir nuestra amistad.

¡¡¡¡¡¡Un grandísimo abrazo a todos mis amigos!!!!!!

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